Esa era la encomienda de Aarón Gamal Fimbres, misma que cumplió con cabalidad a lo largo de su carrera  deportiva desde que llegó a prueba con la selección juvenil Amateur procedente de Sonora donde fue seleccionado ganando el campeonato nacional en 1979 en Quintana Roo. 

Fuerte y competitivo eran sus cartas de presentación. Cuando lo vieron los entrenadores Jesús del Muro y Julio Larios, en el primer entrenamiento en el antiguo centro de Capacitación de la FMF, lo alinearon como central en el cuadro titular.

Joven con ilusiones, rápidamente se integró al grupo que se preparaba para asistir al famoso Torneo de Cannes, Francia en 1980, atento a los consejos de sus entrenadores, destacaba en el manejo de los perfiles y excelente en el fildeo de balón llegaba primero por su potencia en el arranque, fuerza en el salto y colocación, estaba siempre ubicado en la trayectoria del esférico, para convertirse en pieza angular de la defensa central de sus equipos. Tiempo después supimos, que jugaba béisbol como buen sonorense, incluso rechazó un contrato con los Tigres del México. También acudió al Mundial de Australia en 81, bajo la dirección de Raúl Cárdenas, Pepe Moncebaez, y la “tota” Antonio Carbajal. Fue el primer futbolista de Sonora en jugar profesionalmente, abriendo pasó a sus coterráneos, como Paco Ramírez y Fernando Bernal.

En aquel tiempo, se jugaba con línea de 4 defensas, un stopper –marcador- y un líbero, el primero debía encargarse del delantero. A lo largo de su carrera anotó 36 goles, comentó en lo que sería su última entrevista el pasado 9 de marzo del 2021, en el programa de Martín Quintanilla, que se transmite desde Puebla.

A su regreso de Francia, fue invitado a los Coyotes de Neza, equipo de primera División dirigido por Juan Ricardo Faccio, uruguayo, quien enseñó los secretos de la marca, con su dureza invitaba a los delanteros a irse por las bandas, pero no por su zona. Debutó en primera. Le tocó marcar a Cabiño, Italo Estupiñan, Hugo Sánchez, Víctor Rangel y otros goleadores de esa época. Defendió la casa de Puebla en la temporada 87-88, Ángeles de Puebla y Tigres. 

“Era muy difícil marcarlos, cada uno tenía sus virtudes, lo cual hacia que yo siempre estuviera listo para anticiparme a sus movimientos y sobre todo al balón, siempre hay que llegar primero”. Nos compartía cuando hablábamos de futbol moderno y los jóvenes, veía que se está perdiendo el gusto por jugar, “hoy los chavos ya no tienen ese sueño para acudir a los entrenamientos, no es como nosotros que soñábamos con ir a jugar, exponía de forma categórica.

Aarón Gamal, amigo del futbol. Descanse en Paz.