El calzado del futbolista es posiblemente la indumentaria más importante, surge como elemento protector, cuentan que el Rey Enrique VII de Inglaterra fue el primero que tuvo sus zapatos en 1525, unas botas de cuero para proteger los pies y tobillos, cuando era un pasatiempo popular sin reglas y las patadas eran muy comunes.  

Las reglas institucionalizaron al futbol y con ello la indumentaria formó parte del juego al igual que la cancha y por supuesto el balón. Zapatos, balón y cancha, una tríada que ha evolucionado a través de los años, la ciencia y la tecnología han desarrollado diversos materiales para su fabricación, los cambios fueron orientados hacia la protección, más tarde la popularidad del juego condujo a mejoras en la producción y años después se industrializó el proceso que se aceleró y gracias a la televisión el futbol conquista al mundo.

Las Copas del Mundo impactaron naciones, se multiplicaron los jugadores y estadios en el mundo, para insertarse como parte importante de la industria del entretenimiento, dando un giro a su visión educativa y disciplinaria a una visión comercial y de mercado.

Los primeros zapatos llegaron en el equipaje de jóvenes europeos que llegar al nuevo mundo o la juventud aristocrática latinoamericana regresaba de estudiar en el viejo continente, ellos inculcaron el futbol, en sus maletas transportaron su pasión, las reglas, los zapatos y el balón.  

Los primeros zapatos de futbol, tacos, tachones, chuteiras, como se les conoce, a finales del siglo XIX, fueron elaborados con piel de vacuno gruesa con casquillo de fierro en la punta como protección, talón reforzado, en un diseño bota, para protección del tobillo, boca grande cerraba el empeine con agujetas de tela para amarrarlos y lengüeta para protección. 

Su estructura, la planta, alma de cualquier zapato, da el soporte entre el corte y suela, era regularmente de la panza de la res –delantero-, la suela era de cuero al igual que los tacos, dos atrás y cuatro adelante. Que permiten mejor agarre para los constantes arranques y frenadas propias del balompié. Algunos tuvieron tres tacos traseros.

La manufactura, la planta del zapato se fija en la horma, el montado, se inserta el corte en la horma para darle forma, se fijaba con tachuelas en talón y punta hasta ceñirla en una sola pieza, se dejaba al menos un día montada. Para el siguiente día, poner la suela y clavar los tacos, ensuelar. Finalmente colocaban un remache en la punta como refuerzo, alrededor fijaban la suela con clavos para que no se despegara llegaban a pesar cerca de medio kilogramos cuando se mojaban.

Estos primeros modelos, con el uso los tacos se hundían en la suela lastimando las plantas de los pies, regularmente la piel del calzado estaba en buen estado y se reutilizaba cambiando las suelas y tacos. 

Los ingleses fueron los primeros que lo fabricaron y los alemanes quienes desarrollaron toda una industria de la indumentaria deportiva Adidas y Puma en Europa y en los Estados Unidos Nike, en el último tercio del siglo XX. 

Fue la familia bávara, los hermanos Adolf y Ruddolf Dassler, fabricantes de calzado en las primeras dos décadas del siglo XX, con el diseño de zapatos con clavos para atletismo destacando por sus campañas publicitarias en los juegos olímpicos, su primer gran acierto fue convencer a Jesse Owens usar en los Olímpicos de Berlín 1936, imágenes que se difundieron en la prensa cubrieron las  portadas y figuraron en películas, más tarde la televisión constituyeron la mejor propaganda para los zapatos de los mejores atletas del orbe. 

Diferencias irreconciliables entre los hermanos, nace Puma en 1948 y al siguiente año ADIDAS. El avance tecnológico ofreció materiales de mayor resistencia que se adecuaban a las nuevas pistas deportivas y ofrecía un sinfín de posibilidades estéticas en modelos y colorido. 

En México

La primera casa que fabricó zapatos de futbol se encontraba en las calles de Aquiles Serdán, un pequeño establecimiento donde acudían los futbolistas. La escasez de fabricantes ante la creciente demanda hacía de la reparación el primer paso, más tarde surgieron algunos fabricantes. 

Francisco “Chico” Larios, abrió su local de reparación en la colonia Santa María la Ribera, en calzada Nonoalco, su oficio de zapatero y su pasión por el futbol se orientó a los futbolistas. Originario de Guadalajara, viaja a la capital del país con la ilusión de conocer la ciudad de los palacios y en busca de una oportunidad en algún equipo de la primera división, a sus amigos y paisanos que jugaban en el Necaxa de los 11 hermanos lo orientan para para probar suerte en algunos equipos, es aceptado en el Germania de primera división, equipo formado exclusivamente por alemanes. “Chico” Larios ingresa al equipo de 2ª Fuerza con la oportunidad de trabajar de obrero en la cervecería Central, hoy la Cuauhtémoc, hasta que hace su debut, era su sueldo por jugar y por gol anotado le pagaban 10 pesos, el equivalente a una semana de trabajo. Sin dejar el oficio de zapatero y ante el continuo desgaste de los tacos, la reparación era una oportunidad de ganarse unos pesos. 

“Seguí jugando en el equipo de la cervecería y siempre en contacto con el fútbol ya sea por los amigos y paisanos que jugaban en primera. Seguía, a petición de algunos jugadores, arreglando los zapatos de juego, en aquella época solo había una casa que hacia zapatos de fútbol casa América. Me di a la tarea de juntar un dinero para poner una zapatería de compostura e iniciar la manufactura de calzado  de fútbol. Ello fue posible el 6 de marzo de 1936. Se lama hasta la fecha CASA GUADALAJARA”. Escribió en sus memorias.

Había el modelo de calzado inglés, una bota de piel con refuerzo un casquillo de piel en la punta, sustituyendo al casquillo de acero, las agujetas de cinta de lino que se amarraban en forma de ocho por debajo de la suela y detrás del tobillo, con seis tacos de cuero. 

La primera innovación fue colocar un refuerzo de fibra roja para fortalecer la suela y evitar el hundimiento de los tacos y la deformación de la suela, que provocaba ampollas en la planta del pie. Estas fueron las primeras aportaciones de Larios a su modelo de calzado, al ser jugador conocía las carencias de la indumentaria y trabajó para innovar materiales y modelos para fabricación, haciendo replicas que tuvieron buena aceptación. Sus primeros clientes fueron destacados futbolistas mexicanos. Posteriormente con la máquina de costura Lockstitcher se cosían la suela en los costados y centro para que no se despegará, evitando los clavos.

EL MODELO ARGENTINO

A la llegada de futbolistas sudamericanos al futbol mexicano, llegó el calzado argentino, con una piel resistente y suave que los diferenciaba de los zapatos clásico duros. Los futbolistas argentinos los cuidaban mucho porque sabían que no tenían más, solo los llevaban a cambiar tacos. 

Larios, el futbolista, se distinguió por su velocidad por la banda izquierda y sus centros precisos al área, veía en ese modelo facilidad para el toque y la gambeta, que distinguía a los sudamericanos. Años atrás en su natal Guadalajara había estado en contacto con los primeros equipos que llegaron a jugar como el Colo-Colo, chileno que tenía en sus filas a David Arellano, delantero que popularizó el remate de tijera en el mundo, incluso se le denomino “chilena, en honor a él. Desde entonces vio la diferencia del calzado.  

Histórica imagen, dos ídolos, el mexicano Luis “Pirata” de la Fuente y José Manuel, el “charro”, Moreno argentino, su forma de correr con los brazos doblados como guardia de box, lo hacían imparable, aprovechaba su fortaleza, gran técnica, y visión de juego para filtrar balones y marcar goles. Ambos utilizaron zapatos fabricados por “chico” Larios.

Fue en los años cuarenta cuando desarrolló su modelo argentino, con una piel más fina que la oscaria, suave y resistente a la vez, traída de Irapuato. Ya para entonces jugadores de primera los usaban cómo Isidro Lángara, Carlos Laviada, Roberto Abaly, el legendario “Pirata” Fuente, el primer ídolo mexicano Horacio Casarín, entre otros. Un detonador fue cuando el “famoso jugador argentino José Manuel “Charro”, Moreno, le dio sus zapatos para reparación. Le dijo: Cámbiale los tacos, por favor, los necesito para la final del domingo, me los llevas al hotel Regis, antes del juego. Al verlos “Chico” Larios, le respondió, mejor te hago unos nuevos, estos ya dieron todo”. ¡Cómo crees, son zapatos argentinos!, exclamo el “Charro”.

Larios de camino a casa, pensó claro que puedo hacer mejores zapatos que estos. Llegó el domingo a entregarlos, al verlos el “Charro”, le dijo los dejaste como nuevos.

-¡Son nuevos!, los tuyos son estos, dijo orgulloso Larios, ante el asombro de José Manuel, declarado en 1978 el mejor futbolista de todos los tiempos por los propios argentinos.

José Manuel Moreno Fernández, se los probó, quedó satisfecho con el trabajo y los llevo a la tina de agua para dejarlos mojados, Larios, sorprendido dijo: ¡no hagas eso! 

Esas era costumbres antes de calzar un zapato nuevo, no conocían de la textura de una piel fina para el calzado de futbol. Reía Larios al contar la anécdota, feliz por demostrar que los mexicanos pueden competir en cualquier campo y ganar con productos de calidad y por qué no, buen futbol.

La noticia corrió como pólvora y los clientes llegaban por sus tacos nuevos, creció el taller, la práctica del futbol aumentaba en todo el país, la afición llenaba los estadios. 

Otra innovación fue el corte lo realizó en cuatro piezas en vez de una, hacia más resistente el zapato colocando un refuerzo, tira en figura de trapecio, de soporte en los costados –chinelas- para que el zapato no su fuera de lado y de distintivo dando mayor estabilidad y punta de piel suave para mayor durabilidad sin casquillo. Incrustó el forró con piel fina para un mejor confort cuidando el peso del calzado.

Berbiquín

La fabricación de los tacos, tenían un proceso laborioso, el cuero se cortaba con sacabocado de ¾´´ para los tacos traseros y 5/8´´ de diámetro para los cuatro tacos delanteros se unían en una sola pieza con clavos, con un berbiquín con base cónica les daban la forma a los tacos.

El proceso artesanal, fue adecuando herramientas que facilitaban su fabricación, los nuevos modelos dependieron de las novedades de materiales que reducían tiempos y costos. Aun así, seguía siendo laborioso, más cuando en medio de un partido se desprendía un taco, el futbolista sufría las consecuencias, ampollas sangrando era la minina consecuencia.

Un detalle importante fue aquel cuando un equipo inglés jugó CU en algún pentagonal, que se organizaban en aquella época, se enfrentó al Necaxa, maravillados por el juego latino, al término del partido, llegaron al vestidor para pedir que les enseñarán los zapatos. 

Ahí estaba Larios, quién ayudó al equipo mexicano. Los directivos le dijeron Larios enséñales los zapatos, los europeos pensaban que tenían magia, se preguntaban, ¿cómo era posible, controlar el balón como si fuera con la mano? Al ver los zapatos, pidieron les explicarán, ¿por qué eran así?

Larios explicó como futbolista y zapatero, las innovaciones favorecían aspectos técnicos como el control y toque de balón, sensibilidad al toque, ya que con las punteras europeas se perdía. 

Los siguientes años, fue la carrera por la modernización de los zapatos con la llegada de la era de plástico, la visión europea era favorecer la fabricación y aumentar la productividad y el dinero, mientras el artesano Larios, pensaba en el deportista, su seguridad, confort y claro el futbol, sobre todo los niños y jóvenes que no tenían acceso a buen calzado. 

Continuará…. 

Twitter: @LARIMEX