Por: Rubén Romero

Articulista invitado

El torrente sanguíneo absorbe el calor que genera el organismo al correr y lo lleva a la superficie del cuerpo para que se disipe hacia el exterior.

Eso evita (o reduce) la acumulación del calor en el organismo y la elevación de la temperatura corporal.

El calor corporal generado al correr se disipa cuando la sangre que lo transporta llega a la piel y se evapora, lo que ocurre en una mayor medida cuando la Humedad Relativa del ambiente es baja.

Por el contrario, cuando la humedad del ambiente es alta, el calor corporal transportado por la sangre no se evapora y se transforma en sudor.

Dicho de otra manera: El sudor indica que el calor corporal no se está disipando y que se está acumulando en el organismo.

Esto es importante porque un sudor excesivo puede ser el inicio de un golpe de calor.

En la medida que un organismo cuente con un menor volumen de sangre (lo que ocurre al estar deshidratado), pierde su capacidad para disipar el calor.

De aquí la importancia que tiene la hidratación para evitar que el calor se acumule en el cuerpo.

Pero no se trata de beber todo el fluido que se pueda.

El ingerir fluidos en exceso puede provocar un desequilibrio de las sales de sodio en la sangre que se conoce como «hiponatremia», a lo que algunos llaman intoxicación con agua, que puede tener consecuencias nada deseables.

Ojo: La hiponatremia puede ocurrir en estado de reposo cuando se ingieren fluidos en exceso, o puede ser provocada por el consumo de diuréticos o por insuficiencia cardíaca o hepática.

Los síntomas de la hiponatremia pueden confundirse con los de la deshidratación, ya que se inicia con confusión y sigue con náusea, calambres y desorientación, lo que en ocasiones puede inducir al corredor a beber de más, agudizando el problema.

El riesgo de sufrir la hiponatremia puede disminuirse al controlar el consumo de fluidos, asegurándose de que no exceda las pérdidas por sudoración, y al ingerir bebidas que ayuden a reemplazar el sodio perdido en el sudor.

Tim Noakes, autor del libro «La Hiponatremia del Ejercicio», asegura que la cantidad de líquido que conviene beber oscila entre 400 y 600 mililitros por hora en promedio, dependiendo de cada persona y del clima en el que se corra.

Recuerda que correr es salud y algo más… mejor calidad de vida.

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