Hace algunas semanas, José Riestra declaró desde Gijón, España, que los equipos pertenecientes a Orlegi están aplicando mal el modelo de trabajo que se emplea en la empresa y tiene razón. Cuando Santos Laguna era el único equipo perteneciente al grupo se obtuvieron grandes resultados como son los campeonatos de los torneos de Clausura 2012, Clausura 2015 y Clausura 2018, además del subtítulo del Guardianes 2012. También se logró una buena producción de jugadores nacidos en las instalaciones del Territorio Santos Modelo. En Guadalajara se logró un bicampeonato con los Rojinegros del Atlas, algo muy difícil de lograr en nuestro futbol.

Me da gusto que por fin hayan detectado el problema de raíz, pero ahora les toca darle solución. No es ningún secreto que en la Comarca Lagunera se viven tiempos de crisis deportiva debido a la mala planeación de los planteles en los últimos torneos o temporadas.

Pero ¿Cuál es ese modelo de trabajo que dio buenas cosechas? En La Laguna se dijo y se empleó abiertamente una estructura basada en 33.3 por ciento de jugadores forjados en la cantera, 33.3 por ciento de elementos nacionales con experiencia y 33.3 por ciento de refuerzos no formados en México. Esto, si se utiliza correctamente, da un cobijo para que los jugadores jóvenes y de poca experiencia puedan jugar bajo la protección de los de mayor recorrido y a su vez puedan aportar todo lo aprendido durante su etapa de formación mientras que los veteranos, junto con los extranjeros solidifican la estructura de un plantel competitivo.

Desde este punto de vista, la causa principal del pobre accionar de los Guerreros radica precisamente en que la elección de los jugadores traídos de fuera, ya sean nacionales o extranjeros, fue en su mayoría incorrecta y estuvieron lejos del nivel deseado. 

Elementos como Anderson Santamaría, Pedro Aquino, Fran Villalba, Cristian Dájome y Antony Lozano no fueron capaces de aportar lo que un jugador de su categoría debería. Ramiro Sordo y Franco Fagúndez rindieron un poco más, aunque también estuvieron lejos de ser de valor para la institución. Elementos nacionales como Ismael Govea, Santiago Naveda, Jordan Carrillo y Santiago Muñoz, que ya se fue a la MLS, entran en el mismo paquete. 

En conclusión, el departamento de Inteligencia Deportiva debe tener una lista de al menos 10 jugadores para causar baja y, por consecuencia, una lista igual de larga para contratar elementos de otras capacidades como en su momento fueron Djaniny Tavares, Jonathan Rodríguez, Juan Brunetta, Fernando Gorriarán, Julio Furch, Carlos Izquierdoz por mencionar algunos que si dejaron huella en el desierto. La solución está a la vista. Esperemos que, ahora sí, el trabajo de pantalón largo sea el adecuado y que los seis veces gloriosos Guerreros del Santos Laguna vuelvan a los lugares en que solía estar.

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