Mucho se ha hablado esta semana de las goleadas, sobre todo la del América sobre Cruz Azul, la cual costó la salida del director técnico Aguirre. No pudo el argentino levantar el ánimo de sus jugadores, un ánimo afectado por el desorden de quienes manejan al equipo. No cabe duda de que todo llega al terreno de juego cuando la organización es un relajo; es claro que el entrenador la lleva. Insisto, la grandeza de Cruz Azul está basada en los cimientos que pilotaron en la década de los setenta. El edificio al que sostienen esos cimientos, hace tiempo que se está cayendo.

Hace días preguntaba si la contratación de Dani Alves había sido buena. Recibí una respuesta rápida y contundente: ¡Claro! Después de ver el partido entre Santos Laguna y Pumas quedé convencido del gravísimo error de haberlo traído;  primero: porque a los 39 años se fue una figura, ya no se es; segundo: porque le vas a quitar un lugar a alguien que tiene ganas de ser, y tercero: porque el director técnico no va a tener los tamaños ni el valor de mandarlo a la banca. Fue penoso ver como el chamaco Omar Campos le pintó la cara al veterano en dos ocasiones, dejando desparramados por el césped todos sus títulos. Dani Alves habrá contribuido a la venta de playeras, a los contratos de televisión, a la ilusión de la afición puma, que no hace muchos días lo adoraba y que el domingo pasado le chifló.

Y los Guerreros ya ganaron de visita y lo hicieron bien, jugando bien al futbol. Regresó al cuadro titular Harold Preciado y se notó el cambio, es un jugador que pesa en la cancha y es capaz de resolver cuando le llegan balones. Santos Laguna ha vuelto a ser el equipo de aquel subcampeonato y, a mi juicio, se debe a que tanto Cervantes como Gorriarán han vuelto a dominar la media cancha. Fentanes les ha devuelto la vida. Campos, Orrantia y Jair González hacen que el equipo vuele, las opciones del equipo son palpables, el Mudo Aguirre aparece por todos lados adelante, y esto permite a Preciado tener el espacio para concretar. Sin embargo, los remates de cabeza del contrario están a la orden del día, Pumas les remató no menos de siete veces, eso fue lo malo, lo bueno es que solo uno de esos remates entró. Santos laguna ya está en quinto lugar de la tabla, con un partido menos que Monterrey y dos menos que Toluca, veremos hasta dónde llega.

En Gijón, España, la llegada de Grupo Orlegi ha causado gran expectativa, sobre todo porque la familia Fernández, anteriores dueños del equipo, lo tenían hundido en la segunda división hace ya más de dos décadas. El debut del nuevo dueño en El Molinón no pudo haber sido mejor: triunfo del Sporting 4-0 sobre Andorra y con el estadio a reventar; además, la presencia de Ale en la tribuna. Casi 30,000 aficionados dan muestra de una esperanza de verse pronto en la primera división española. Por el contrario, aquí la afición desapareció. Once mil aficionados fueron al partido Santos Laguna vs León. Una afición a la que, la verdad, no la entiendo. Lo que sí me queda claro es que la esperanza en el equipo viene y se va según los resultados, y eso no es propio de una buena afición. ¿Ahora resulta que con los buenos resultados volvemos al estadio? Pues como dijo el excelentísimo: ¡Fuchi caca! ¡Voy al Santos Laguna man’que pierda!

Porque… ¿ahora resulta que los Guerreros son los buenos y los Zorros son los malos?

Hasta la próxima.